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El nuevo Mundial de Clubes y la obsesión de la FIFA por el mercado estadounidense

Marketing deportivo 31/03/25 Pepe Agüera 3 min de lectura

La FIFA busca conquistar a la audiencia de EE.UU. con un formato inspirado en la NFL y una estrategia comercial agresiva.

La FIFA ha decidido cambiar las reglas del juego. Con la expansión del Mundial de Clubes a 32 equipos en 2025 y su organización en Estados Unidos, el organismo rector del fútbol mundial deja en claro su objetivo: consolidar su presencia en el mercado estadounidense.

Este movimiento no es casualidad. La estrategia detrás de esta decisión responde a una lógica comercial que va más allá del deporte y se inserta en un modelo de negocio similar al de la NFL, priorizando ticketing VIP, experiencias de hospitality y maximizando los ingresos provenientes de los mercados con mayor poder adquisitivo.

Un mercado en plena expansión

Estados Unidos ha sido históricamente una plaza esquiva para el fútbol en términos de masividad, pero eso está cambiando. En 2026, el país será una de las sedes del Mundial junto con Canadá y México, consolidando aún más su posición como epicentro del fútbol global. Además, no sería sorprendente que la Finalissima, que enfrentará a Argentina y España ese mismo año, también se juegue en suelo estadounidense. Incluso hay conversaciones sobre la posibilidad de que EE.UU. albergue, por un par de temporadas, la final única de la Conmebol Libertadores, lo que refuerza la estrategia de trasladar eventos de primer nivel a mercados con mayor poder adquisitivo.

Adicionalmente, la MLS crece año tras año, y cada vez más clubes europeos eligen hacer sus pretemporadas allí. Un factor clave en esta transformación ha sido la llegada de Lionel Messi al Inter Miami, que desató una auténtica revolución: las audiencias se dispararon, el valor de los derechos televisivos se multiplicó y las marcas aceleraron su desembarco en el fútbol estadounidense. La FIFA lo sabe y ha diseñado un producto alineado con las expectativas del consumidor local, acostumbrado a espectáculos deportivos que combinan entretenimiento, exclusividad y experiencias premium.

En ese sentido, la elección de EE.UU. como sede del nuevo formato del Mundial de Clubes no solo responde a su infraestructura y capacidad organizativa, sino también a su poder de consumo. En los últimos años, la FIFA ha priorizado mercados con alto PBI per cápita para sus competencias, entendiendo que allí hay mayor disposición a pagar por eventos de alta gama. Lo vimos con el Mundial de Qatar 2022 y su énfasis en el turismo VIP, y lo veremos nuevamente con esta nueva versión del torneo internacional de clubes.

Un modelo inspirado en la NFL

Si hay una liga que ha sabido capitalizar al máximo la experiencia del espectador, esa es la NFL. El Super Bowl es el evento deportivo más lucrativo del mundo, gracias a una combinación de derechos televisivos, patrocinadores de primer nivel y un esquema de ticketing VIP que genera ingresos multimillonarios. La FIFA busca replicar este modelo, transformando el Mundial de Clubes en un producto que no solo atraiga a los fanáticos del fútbol, sino también a los consumidores de experiencias exclusivas.

Los ingresos por hospitality y experiencias premium han crecido exponencialmente en los eventos deportivos de élite. Según cifras de Deloitte, este sector representa más del 20% del total de ingresos en eventos como la Champions League y la NFL. La FIFA apunta a explotar esta veta con paquetes VIP, palcos corporativos y experiencias personalizadas para sponsors y aficionados de alto poder adquisitivo.

¿Qué significa esto para el marketing deportivo?

La estrategia de la FIFA presenta nuevas oportunidades para las marcas y el ecosistema del marketing deportivo. La expansión del Mundial de Clubes no solo amplía la visibilidad del torneo, sino que lo posiciona como un activo comercial atractivo para patrocinadores globales que buscan asociarse con experiencias exclusivas. Además, la apuesta por el mercado estadounidense abre puertas a nuevos formatos de activaciones, publicidad y contenidos pensados para una audiencia acostumbrada a consumir deporte de manera diferente.

Desde una perspectiva de marketing, esto implica un cambio en la forma en que se venderá el evento. El enfoque tradicional de atraer a las masas con entradas accesibles y transmisiones televisivas gratuitas está siendo reemplazado por un modelo de ingresos diversificado, con énfasis en suscripciones premium, paquetes de hospitalidad y experiencias personalizadas. Las marcas que entiendan esta transformación y logren integrarse a esta nueva lógica podrán capitalizar un mercado en pleno auge.

Una apuesta comercial ambiciosa

El nuevo Mundial de Clubes es más que una simple competencia deportiva: es una apuesta comercial ambiciosa que busca redefinir la manera en que el fútbol se consume a nivel global.

La FIFA entiende que el crecimiento del deporte ya no pasa solo por su popularidad, sino por la capacidad de monetizar cada aspecto del espectáculo. Y Estados Unidos es el campo de pruebas ideal para esta estrategia.

Sin dudas, el resultado de esta movida marcará el camino del fútbol en los próximos años. Para marcas, patrocinadores y agencias de marketing deportivo, este es el momento de adaptarse y encontrar nuevas formas de conectar con los aficionados en esta era de experiencias premium y deporte como entretenimiento global.

Pepe Agüera