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Manus AI: El agente autónomo que promete cambiar las reglas del juego

Actualidad Inteligencia artificial 13/03/25 Esteban Knöbl 4 min de lectura

Una inteligencia artificial que piensa, decide y actúa sin supervisión. Manus AI marca el comienzo de una nueva era en la automatización.

China parece estar poniéndose al día con los avances en inteligencia artificial. Uno de sus desarrollos más recientes y destacados, Manus AI, es un agente de IA autónomo desarrollado por la startup Butterfly Effect que ha generado tanto entusiasmo como escepticismo en la comunidad tecnológica global.

Lanzado en marzo de 2025, Manus AI promete superar las limitaciones de los modelos de lenguaje convencionales y acercarse a la autonomía total. De hecho, se distingue de otros sistemas porque no se basa en un único modelo de lenguaje, sino en la combinación de varios. Utiliza modelos avanzados como Claude 3.5 Sonnet de Anthropic y versiones ajustadas del Qwen de Alibaba, junto con agentes que operan de manera independiente. Esto le permite ejecutar tareas complejas de forma autónoma, superando las capacidades de chatbots tradicionales como DeepSeek, que dependen de una sola familia de modelos de lenguaje y están diseñados principalmente para interacciones conversacionales.

Este enfoque multiprocesamiento le da a Manus una versatilidad sin precedentes, permitiéndole no solo responder preguntas, sino actuar directamente en diversos escenarios sin necesidad de supervisión humana constante. De ahí que su nombre, derivado del latín "mano", simboliza su misión de actuar en el mundo real, en lugar de solo analizar datos.

¿Un paso más en la evolución de la IA?

Mientras otras IAs esperan instrucciones, Manus toma la iniciativa. Diseñado para convertir ideas en acciones, este agente se destaca por:

  • Autonomía total: Puede identificar tareas, tomar decisiones y actuar sin la necesidad de constantes indicaciones humanas.
  • Multifuncionalidad: Desde analizar transacciones financieras hasta buscar apartamentos o filtrar candidatos laborales.
  • Aprendizaje adaptativo: Entiende patrones, anticipa preferencias y optimiza su desempeño según el usuario.
  • Ejecución en segundo plano: Continúa trabajando aunque el usuario esté desconectado.

Naturalmente, Manus no aparece de la nada. Es parte de una ola de innovaciones en el campo de la IA generativa que buscan transformar la relación entre humanos y máquinas. OpenAI ya había insinuado este futuro con ChatGPT Operator, una herramienta pensada para permitir a los modelos de lenguaje gestionar flujos de trabajo sin asistencia constante.

En paralelo, Devin AI y otros desarrollos han ido perfeccionando la automatización de tareas cada vez más complejas, desde programación hasta análisis de datos en tiempo real. Todos estos proyectos apuntan en una misma dirección: sistemas inteligentes que no solo responden, sino que actúan por iniciativa propia.

Como no podía ser de otra manera, su aparición generó repercusiones en el ámbito tecnológico. Mientras algunos lo ven con entusiasmo y lo señalan como un nuevo salto en el mundo de la IA, otros advierten sobre sus riesgos.

Business Insider, por su parte, reportó que las primeras pruebas revelaron problemas como la generación de datos incorrectos y la reutilización de contenido sin transparencia. 

MIT Techonology Review destacó que menos del 1% de los usuarios en lista de espera han recibido códigos de invitación, y que, a pesar de las afirmaciones de Manus sobre su capacidad para manejar tareas "agénticas" como la creación de sitios web o análisis complejos, aún no está claro cuán impresionante es realmente su desempeño.

Lo que está claro es que el interés por probarlo es enorme: los códigos de acceso a su beta cerrada ya se revenden en eBay y Goofish, alcanzando precios de miles de dólares.

¿Estamos listos para la IA que trabaja sola?

Es posible que Manus AI represente un nuevo escalón en la evolución de los agentes inteligentes: un sistema que no solo responde a preguntas, sino que toma decisiones y las ejecuta. 

Sin embargo, su autonomía plantea interrogantes sobre seguridad, privacidad y control. ¿Qué pasa si un agente como Manus toma decisiones erróneas o actúa en contra de los intereses de los usuarios? La falta de transparencia en sus procesos internos también genera preocupaciones, y su capacidad para operar sin intervención humana despierta temores sobre posibles usos malintencionados o fallos en la supervisión, lo que subraya la necesidad de regulaciones claras antes de su adopción masiva.

Por eso, mientras los gigantes tecnológicos y las startups continúan desarrollando agentes cada vez más avanzados, la pregunta no es si la IA autónoma se convertirá en parte de nuestra vida, sino cuán preparada está la sociedad para hacer un uso seguro de ella (y qué hacer en el caso de que, efectivamente, no lo esté).

Esteban Knöbl

Head of SEO / SEM